Llevo una semana intentando escribiros sobre los ‘cambios’ que habrá en mi segunda transferencia embrionaria. Justo hace siete días que conocimos al doctor Daniel Sosa. Las impresiones, como ya os comenté, fueron muy positivas y volvimos a Algeciras con muchas ganas de empezar de nuevo, la verdad.
Le estuvimos contando nuestra primera experiencia, él nos fue haciendo anotaciones médicas que tenía del anterior Doc y haciéndonos algunas preguntas respecto al tratamiento… y llegó el momento de empezar nosotros con las dudas que nos revoloteaban la cabeza desde hace un mes más o menos.
¿Uno o dos embriones?
Lo primero, el número de embriones a transferir: ¿Uno o dos, como estaba previsto inicialmente y ya hicimos en el primer intento de FIV? Cuando mi chico y yo empezamos en el tema de la reproducción asistida teníamos claro que, por intento, queríamos probar con dos bebés. Supongo que uno al final se va a la lógica, a lo simple: si nos ponen dos… ¿Doble de posibilidades? Pues bueno, con este tiempo leyendo, pensando, reflexionando, preguntando… –¡Qué sé yo cuántas cosas más! – teníamos casi decidido volver a la carga solo con un huevito.
¿El por qué? Primero, según lo que sabemos, realmente solo se recomienda hacer transfer de dos embriones en caso de que estos –o uno de los dos- sean de muy poquita calidad y tengan pocas posibilidades de implantación. Como nunca se sabe, se tira a los dados… Segundo: nos bastó una tarde con dos bebés-niños de 10 y 11 meses, los dos solos, para que nos entrara el pánico. Por primera vez nos planteamos realmente… ¿Es esto lo que queremos? ¿Nos vemos sacando adelante, papis primerizos, dos babys??? Que conste que sé que es posible y que no es ni mucho menos misión imposible. Lo sé. De hecho confieso que me haría ilusión tener a dos pelochos preciosos a la vez. El caso es que nos pusimos más prácticas. Como solo hemos hecho un intento, pensamos que igual esta vez podríamos poner uno y ver qué pasa. Otro aspecto muy determinante en esta decisión es el poder ‘alargar’ el ciclo antes que agotemos todos nuestros congelados y tengamos que empezar de cero, la verdad.
Comentamos todo esto con el Doc y él nos dijo -¡Oh, sorpresa!- que, en su opinión y por experiencia, la implantación no depende tanto de si se transfieren uno o dos embriones a la vez, sino de la calidad de estos, de su clase. Digo ‘Oh, sorpresa’ porque de eso hablábamos en otro post y de como profesionales de la reproducción asistida dicen que damos demasiada importancia a esto. No sé. Desde luego, supongo que os pasará como a mí, en esta materia te encuentras todo tipo de opiniones, entiendo que siempre basadas en la experiencia. Sin embargo, como está todo por descubrir –casi todo- en RA, en muchos casos son hipótesis. Sosa nos dijo que no nos preocupáramos. Él piensa que si ya con dos y buenos no nos quedamos, que a lo mejor con uno baja algo las posibilidades, pero que le parece bien probar ahora con uno, a ver qué tal sale la jugada y, con los resultados en la mano, ya extraeremos mejores conclusiones. Así pues, ¡vamos a poner en el terreno de juego a un jugador, a ver si trae la victoria a mi equipo!
Sedación para la ‘transfer’, ¿sí o no?
El siguiente punto que queríamos tratar con el Doc era este. De cara a la transferencia embrionaria, ¿sedación de nuevo? Ya os comenté en otros post que me mareo. Yo pensaba que era aprensión pero mi otro Gine me dijo que si no era por dolor ni miedo y que solía estar tranquila, tenía una posible explicación médica. Me la dio, ¡pero no me acuerdo! El caso es que para la primera decidimos que me sedaran. Yo iba a estar más tranquilas, ellos también, y seguro que eso iría genial para que se colocaran bien mis Melli y Zos –qué recuerdos me trae decir estos nombres, qué nostalgia…
En esta ocasión, charlando con él sobre lo que me pasó –me desvanecí en la prueba del catéter con Coppola, ¡visto y no visto!- le comenté que no me importaría volver a hacer una prueba, a ver qué tal. La verdad, lo confieso, que los 300 euros que cuesta esa sedación me animan a probar sin ella. Por un intento no pasa nada, digo yo.
Los profesionales de la Clínica han considerado que no está de más hacer ese amago de transfer plenamente consciente, y es por eso que tengo cita para el martes 12 de agosto para probar. Una horita antes debo tomar un Valium para relajarme, así que a ver qué pasa. Yo confieso que no tengo muchas esperanzas, vistos mis antecedentes, pero realmente voy tranquila, no me pongo nerviosa ni nada. Ya os contaré…
Una técnica ‘en pruebas’ que está dando ‘buenos resultados’: ‘Scratching’
Sigue leyendo →